Artistas afganos entre la destrucción de sus obras y la resistencia

Muchos de los que quedaron en Afganistán están encerrados en casa, temerosos de salir y preocupados, sin futuro.

Desde la entrada de los talibanes a Kabul en agosto, artistas afganos se debaten entre la destrucción de sus obras e instrumentos musicales y el armado de una red de resistencia, debido el temor que les genera la presencia de los islamistas radicales en el poder.

«El arte era mi vida. Ya no tengo futuro», se lamenta desde la capital afgana Sara, de 26 años, que pidió no dar a conocer su verdadero nombre.

«El arte, para mí, era poder expresar todo aquello que no podía decir con palabras», especialmente lo relacionado «con la violencia contra las mujeres», afirma.

En el régimen anterior -que se extendió de 1996 a 2001-, las mujeres fueron expulsadas de la vida pública, pero además los talibanes prohibieron la música y destruyeron piezas de arte y patrimonio cultural, como los antiguos budas gigantes de Bamiyán.

Asustados por los nuevos dirigentes, artistas como Sara destruyeron sus trabajos, y muchos músicos rompieron sus instrumentos. La mujer tomó los platos de terracota que había pintado con imágenes de inspiradoras mujeres afganas y los lanzó contra el suelo.

Sara forma parte de una nueva generación habituada a las redes sociales, que creció en una capital donde empezaban a florecer el arte y la cultura y ahora quiere usar este arte para protestar contra los talibanes. Su esperanza es trabajar con una guerrilla de grafiteros para extender su mensaje.

«Quiero salir por la noche y pintar arte antitalibán», asegura.

Ramin Mazhar era todavía niño cuando los talibanes mandaron por última vez en Kabul. Dos décadas después, y residiendo en Francia, se convirtió en uno de los poetas más reconocidos de su país, señala la agencia de noticias AFP.

«No tienes miedo del amor, de la esperanza, del mañana», recita en persa darí, unos versos que se han convertido en himno para la juventud afgana.

«Te beso en medio de los talibanes, tú no tienes miedo», agrega en el poemario convertido en canciones, que recibieron miles de visitas en YouTube. Pero cuando Mazhar trató de buscarlos recientemente, habían sido borrados.

«Muchos se han visto forzados a autocensurarse para proteger sus vidas. Esto convierte el futuro del arte en Afganistán en negro e incierto. No sabemos adónde nos dirigimos», dice el poeta.

En París, la artista Rada Akbar planifica una exhibición de pinturas en miniatura para ilustrar que «los talibanes no son el Afganistán real, y que no representan la historia y la cultura del país».

La actriz Yasamin Yarmal huyó a Francia el mes pasado con su familia, como decenas de otros actores. En 1997, los talibanes registraron su casa y golpearon hasta la muerte a su hijo discapacitado, asegura. «No quería pasar por eso otra vez», afirma.

«El arte puede abrir la mente de la gente. Por eso los talibanes tienen miedo de los artistas», afirma.

Muchos de los que quedaron en Afganistán están encerrados en casa, temerosos de salir y preocupados, sin futuro.(Télam)

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