Papa Francisco visitó comunidad gitana en Eslovaquia y criticó los estereotipos discriminatorios

"Queridos hermanos y hermanas, demasiadas veces han sido objeto de preconceptos y de juicios despiadados, de estereotipos discriminatorios, de palabras y gestos difamatorios", planteó el pontífice

El papa Francisco planteó hoy que «marginar a las personas no resuelve nada», al visitar a una comunidad gitana en Eslovaquia, donde criticó los «estereotipos discriminatorios» que sufren y advirtió que nadie puede dejarlos «fuera de la Iglesia».

«Queridos hermanos y hermanas, demasiadas veces han sido objeto de preconceptos y de juicios despiadados, de estereotipos discriminatorios, de palabras y gestos difamatorios», planteó el pontífice en el distrito Lunik IX, de Kosice, la segunda ciudad más grande de Eslovaquia, a donde llegó el domingo para una gira que termina mañana.

«De esta manera todos nos hemos vuelto más pobres, pobres de humanidad. Lo que necesitamos es recuperar dignidad y pasar de los prejuicios al diálogo, de las cerrazones a la integración», agregó Jorge Bergoglio en su visita, inédita para un Papa, al considerado centro gitano más grande de Europa en el que viven cerca de 4.000 personas, incluidos 800 niños.

El barrio, construido a fines de los años 70, fue pensado originalmente para miembros del Ejército y las fuerzas de seguridad de la época comunista, pero con la crisis económica social que empezó a golpear a la entonces Checoslovaquia se convirtió en lugar de concentración de gitanos.

En la previa de la llegada del Papa, gitanos de todas las edades cantaron y bailaron con trajes típicos frente al complejo de edificios de tres y seis pisos en el que viven. En primera fila, el primer ministro eslovaco Eduard Heger también se sumó a los bailes y al canto.

«Juicios y prejuicios sólo aumentan las distancias. Conflictos y palabras fuertes no ayudan. Marginar a las personas no resuelve nada», insistió el Papa, que en 2019 ya se había reunido con representantes gitanos durante su viaje a Rumania.

Desde las ventanas, en tanto, se veían carteles que rezaban «Francisco bienvenido entre nosotros».

«Cuando se alimenta la cerrazón, antes o después estalla la rabia. El camino para una convivencia pacífica es la integración. Es un proceso orgánico, lento y vital que se inicia con un conocimiento recíproco, va adelante con paciencia y mira al futuro», planteó Francisco.

Cerca del 8% de los 5,5 millones de habitantes de Eslovaquia son de origen gitano, según cifras oficiales, aunque sus indicadores sociales son peores que los del resto del país. Alrededor del 20 por ciento vive en situación de extrema pobreza, y cerca de la mitad de los 440.000 gitanos del país vive sin agua potable en asentamientos como el que visito Francisco.

«Este es un número enorme que no podemos ignorar. La convivencia vecinal no siempre es fácil, pero sin humanidad e interés real en los demás, no avanzaremos», planteó en redes sociales durante la visita del Papa la viceprimera ministra, Veronika Remisova.

Además de los gitanos residentes en el Lunik IX, también participaron los de Jarovnice, en el distrito de Sabinov, que también serán parte de la misa que el pontífice celebrará mañana antes de regresar a Roma.

«Vinimos a ver al Santo Padre porque queremos darle las gracias por estar acá. Es un gran hombre de buen corazón», dijo en las cercanías del escenario una de las peregrinas, Jana Ginová.

«Ustedes albergan gran amor y respeto por la familia, y miran a la Iglesia a partir de esta experiencia», les planteó hoy el Papa, retribuyendo las expresiones que se escuchaban y se leían entre los locales.

«Sí, la Iglesia es casa, es su casa. Por eso -quisiera decirles con el corazón- ustedes son bienvenidos, siéntanse siempre en casa en la Iglesia y nunca tengan miedo de estar aquí. ¡Que ninguno los deje, a ustedes o a cualquier otra persona, fuera de la Iglesia!», agregó Bergoglio en ese marco.

«No es fácil ir más allá de los prejuicios, incluso entre los cristianos. No es sencillo valorar a los otros, a menudo se los ve como obstáculos o adversarios y se expresan juicios sin conocer sus rostros y sus historias», les dijo.

La situación de los gitanos, según denunció Amnistía Internacional en 2020, se agravó durante la pandemia de coronavirus, cuando fueron en muchos casos discriminados por ser considerados «una amenaza para la salud pública».

«Viene a darles dignidad, y es importante la apuesta que hizo el Papa por la integración», destacó en esa dirección uno de los maestros de escuela de la zona, Radovan Chalupka.(Télam)

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