Myanmar libera a periodista estadounidense, que viaja hacia su país

El reportero del medio Frontier Myanmar había sido condenado el viernes pasado a 11 años de detención por incitación a la disidencia, asociación ilegal y vulneración de la ley sobre los visados.

El periodista estadounidense Danny Fenster, quien recientemente había sido sentenciado a 11 años de trabajos forzados tras pasar casi seis meses en una cárcel en Myanmar acusado de sedición y terrorismo, fue liberado e indultado y se encuentra camino a casa, informó hoy la junta militar en el poder en el país asiático.

Fenster, detenido en Myanmar (antigua Birmania) desde mayo, logró su liberación luego de negociaciones con el exdiplomático estadounidense Bill Richardson y dos enviados japoneses, señaló el equipo de información de la junta, en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.

Hoy, sus padres Buddy y Rose y su hermano Bryan se manifestaron «encantados de que Danny fuera liberado y ansiosos por tenerlo en nuestros brazos», agregaron en un comunicado.

El departamento de Estado estadounidense también saludó su liberación.

Una foto subida a internet por Richardson muestra a Fenster de pie en pantalones cortos y chancletas ante una avioneta junto al exgobernador de Nuevo México, reconvertido a negociador de rehenes, en la pista del aeropuerto de Naipyidó, capital de Myanmar.

Fenster, de 37 años, fue el primer periodista occidental detenido en muchos años en el país asiático, donde los militares tomaron el poder en febrero derrocando al Gobierno civil dirigido de facto por Aung San Suu Kyi.

«Podemos confirmar que fue liberado y deportado. Los detalles serán comunicados más tarde», señaló el portavoz de la junta, Zaw Min Tun.

El reportero del medio Frontier Myanmar había sido condenado el viernes pasado a 11 años de detención por incitación a la disidencia, asociación ilegal y vulneración de la ley sobre los visados.

Trabajaba para ese medio desde mediados de 2020 y cubrió el golpe militar y la posterior represión contra la disidencia.

En el momento de su arresto, en el aeropuerto internacional de Yangón el 24 de mayo, Fenster se disponía a tomar un avión.

«Es una noticia maravillosa para todos, tanto amigos como familiares», indicó Andrew Nachemson, colega en el Frontier Myanmar.

«Pero, por supuesto, nunca debería haber tenido que pasar seis meses encarcelado (…) y todos los periodistas locales que permanecen en prisión también deberían ser liberados inmediatamente», añadió.

Richardson había llegado a comienzos de mes a Naipyidó, en el marco de «una misión humanitaria» privada, declarando entonces que el departamento de Estado de su país le pidió que no planteara el caso de Fenster durante su visita.

Fenster, que estuvo encarcelado 176 días, contrajo Covid-19 durante su detención, señalaron miembros de su familia en una conferencia telefónica con periodistas estadounidenses, en agosto pasado.

«Se trata de una noticia fantástica para Danny y su familia», declaró Richard Horsey, especialista en Myanmar de la ONG International Crisis Group.

«No había hecho nada malo y no habría tenido que pasar por este infierno», agregó.

«Es importante en este momento también recordar a los periodistas birmanos que se encuentran detenidos injustamente y que deben ser liberados», continuó.

Myanmar se hundió en el caos el 1 de febrero, con un golpe de Estado que puso fin a un paréntesis democrático de una década.

El Gobierno de facto prosigue una sangrienta represión de sus opositores, con un saldo de más de 1.200 civiles muertos y no menos de 7.000 detenidos, de acuerdo a la Asociación de Asistencia a Prisioneros Políticos (AAPP). Esta oenegé local denunció casos de torturas, violación y ejecuciones extrajudiciales.

La junta militar limitó el acceso a internet y canceló las licencias brindadas a los medios de comunicación.

Más de 100 periodistas fueron arrestados desde que tuvo lugar el golpe de Estado, de acuerdo a Reporting Asean, asociación de defensa de la libertad de prensa, añadiendo que 31 de ellos siguen detenidos.

Por su parte, Aung San Suu Kyi, de 76 años, es actualmente enjuiciada por varios cargos que pueden significarle décadas de prisión.(Télam)

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