Corte Suprema rusa ordena disolver ONG pro DDHH

Una de las más antiguas redes de asociaciones pro derechos humanos en Rusia, Memorial se negó reiteradamente a etiquetarse como agente extranjero alegando que la ley correspondiente es un instrumento de represión y debe abolirse.

La Corte Suprema rusa ordenó hoy el cierre de la ONG Memorial, conocida por su defensa de las libertades civiles y su papel como custodio de la historia de las víctimas del Gulag soviético, por «violaciones sistemáticas a las leyes sobre agentes extranjeros».

«La corte ordenó liquidar (…) la asociación internacional histórica, educativa, benéfica y pro derechos humanos Memorial y sus organizaciones estructurales», sentenció el juez, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.

La Fiscalía pidió a principios de noviembre la disolución de Memorial International, la estructura clave que coordina la red de la organización en Rusia, acusándola de haber infringido «de manera sistemática» las obligaciones de su condición de «agente del extranjero»

Esta etiqueta señala a las organizaciones reconocidas culpables de actuar contra los intereses de Moscú recibiendo fondos extranjeros.

Todos los que son calificados de este modo deben indicar su condición de «agente del extranjero» en todas sus publicaciones, so pena de duras multas, y someterse a pesados procedimientos administrativos.

En julio de 2014, la Asociación Interregional Centro Pro Derechos Humanos Memorial fue incluida en el registro de las ONG que ejercen las funciones de agente extranjero, según el Ministerio de Justicia.

En 2015 y 2016 también fueron añadidos a la lista varias organizaciones regionales de Memorial y la asociación Memorial Internacional con sede en Moscú.

Una de las más antiguas redes de asociaciones pro derechos humanos en Rusia, Memorial se negó reiteradamente a etiquetarse como agente extranjero alegando que la ley correspondiente es un instrumento de represión y debe abolirse.

Diversas instituciones y ONG internacionales, entre ellas el Consejo de Europa, Human Rights Watch y Amnistía Internacional, alertaron en las últimas semanas que el cierre de Memorial asestaría a la sociedad civil rusa un golpe demoledor.

Dos premios Nobel de la Paz rusos, el expresidente soviético Mijail Gorbachov (1990) y el redactor jefe de Novaya Gazeta Dmitri Muratov (2021), instaron a la Fiscalía General a retirar su demanda contra Memorial y resolver sus reclamaciones por la vía extrajudicial.

En su llamamiento, Gorbachov y Muratov señalan que la actividad de esta ONG se centró durante décadas en recuperar la memoria de cientos de miles de represaliados durante la era de Stalin e impedir que haya tragedias similares en el futuro.

«Es una decisión nefasta, injusta», reaccionó la abogada de la defensa, Maria Eismont.

«Cerrar Memorial International devuelve a Rusia a su pasado y aumenta el peligro de (nuevas) represiones», había estimado antes ante el tribunal.

En paralelo, en otro caso judicial, la Fiscalía exige el cierre del Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Memorial, acusado de apología «del terrorismo y del extremismo», además de violaciones de la ley sobre los «agentes del extranjero».

En este caso, se previó una audiencia para mañana ante un tribunal de Moscú.

Los abogados de la ONG, que ya pagó importantes multas por violaciones de la ley sobre los «agentes del extranjero», denuncian persecuciones sin fundamento, desproporcionadas y de naturaleza política.

Memorial, creada en 1989 por disidentes soviéticos (entre ellos el premio Nobel de la Paz Andrei Sajarov), comenzó una labor meticulosa de documentación de los crímenes estalinistas y de los campos del Gulag, y prosiguió su trabajo en la defensa de los Derechos Humanos y de los prisioneros políticos.

Esta ONG también investigó los abusos rusos durante las guerras en Chechenia y, más recientemente, sobre los paramilitares del grupo «Wagner», considerado como el brazo armado de Rusia en el extranjero, algo que el Kremlin niega.

Críticos del Kremlin dicen que la decisión contra Memorial, que tiene un gran prestigio afuera de Rusia, se enmarca en la represión contra quienes cuestionan al Gobierno, en un año que se cerraron medios independientes y ONGs y se desmanteló el movimiento del opositor encarcelado Alexey Navalny. (Télam)

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