Nuevos estudios hallan más evidencia que apoya origen natural de SARS-CoV-2

Tres informes publicados recientemente por diferentes equipos de investigación de distintos países han revelado más evidencia de que algunos orígenes zoonóticos estuvieron detrás de la propagación del SARS-CoV-2, que causó la pandemia mundial de COVID-19.

Los estudios fueron realizados por grupos de científicos de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, República de Corea, Singapur, Malasia y también China. Aunque los informes aún no han sido impresos y no han completado la revisión por pares en una revista, las conclusiones han cobrado protagonismo, dado el historial de los investigadores como inmunólogos y virólogos reconocidos.

Sus principales hallazgos incluyen que el linaje A y el linaje B del SARS-CoV-2, que causaron los primeros brotes, son genéticamente muy diferentes entre sí, por lo que el coronavirus debió haber evolucionado en animales no humanos y los dos linajes se propagaron a los humanos por separado.

Uno de los informes fue publicado el 25 de febrero por investigadores de China que trabajan con la Academia de Ciencias de China, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China y otros institutos, luego de un análisis de más de 1.000 muestras recogidas en el medio ambiente y en animales del mercado de mariscos Huanan en Wuhan, China, a principios de 2020, mientras que los otros dos fueron publicados el 26 de febrero por los equipos internacionales dirigidos por Estados Unidos.

Los equipos internacionales estudiaron los datos y la información recogida por la Organización Mundial de la Salud y otros canales de autoridad, así como las primeras características mostradas en la propagación del virus.

Michael Worobey, virólogo de la Universidad de Arizona en Tucson y coautor de los documentos publicados por los equipos internacionales, dijo a la revista Nature que su opinión sobre los orígenes del COVID-19 ha cambiado. Antes mantenía una postura abierta sobre si la pandemia procedía de un laboratorio.

A medida que han ido saliendo a la luz más evidencias que apoyan la historia de un origen zoonótico, es sumamente improbable que dos linajes distintos de SARS-CoV-2 hayan podido derivar de un laboratorio, dijo Worobey.

Kristian Andersen, virólogo del Instituto de Investigación Scripps de La Jolla, California y autor de los dos informes de los equipos internacionales, también confirmó que los dos preimpresos aportan la evidencia más sólida de que la pandemia de COVID-19 inició a partir de «animales vivos» y no de laboratorios.

Después de publicar en Twitter un informe titulado «Es muy probable que el surgimiento del SARS-CoV-2 sea el resultado de al menos dos eventos zoonóticos», Andersen escribió en un tuit que los científicos necesitan «más y mejores datos» para acercarse al origen, ya que todavía hay preguntas como «¿Qué animales? ¿De granja o silvestres? ¿Conexión?» y «¿Riesgo futuro?» que necesitan respuesta. (Xinhua)

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