Presidente AIA sobre norma de concesiones mineras en la Convención:  “Varios especialistas advierten que va en el camino de una nacionalización encubierta”

Marko Razmilic, presidente de los industriales de Antofagasta fue enfático al afirmar que, al restar certezas, “ponemos en riesgo el 30% de las futuras inversiones mineras en Chile. Estamos hablando de su impacto para muchos chilenos y chilenas, no solo trabajadores de la minería, que dependen de esta actividad y su dinamismo”.

Marko Razmilic, presidente de la AIA, sostiene que en la Región de Antofagasta han recibido positivamente las declaraciones del nuevo Gobierno, descartando su apoyo a una posible nacionalización de la industria minera y reiterando el compromiso con garantizar las certezas y estabilidad en las reglas, que requiere el país para atraer nuevas inversiones, particularmente en el sector minero.

“Ese mensaje es alentador, y esperemos que sea atendido en las deliberaciones de la Convención Constitucional”, puntualiza.

Y es que el dirigente, manifiesta preocupación por algunas propuestas que se están viendo en la Convención Constitucional, las cuales podrían afectar el futuro de la industria minera. Pero más importante aún, acota, impactar las fuentes de sustento y la calidad de vida de muchos chilenas y chilenos, especialmente de la regiones mineras.

– ¿Qué impacto ha tenido en la Región anuncios de cambios que se están proponiendo al modelo de minería en Chile?

Le quiero dar algunos datos para contextualizar la respuesta. La Asociación de Industriales de Antofagasta agrupa actualmente a más de 280 empresas, entre compañías mineras y empresas proveedoras; el 90% corresponde a grandes, medianas y pequeñas firmas industriales y de servicios especializados.

Asimismo, el 54% del cobre producido en Chile se extrae de la Región de Antofagasta. La actividad minera constituye en torno a un 55% de nuestro PIB. Y por lo mismo, lideramos la cartera de inversión minera del país, con casi el 30% de los US$68.000 millones proyectados por Cochilco para la próxima década.

Podemos decir, entonces, que la Región de Antofagasta vive de la minería. Por eso, estamos preocupados, más cuando vemos cómo se está dando la discusión en torno a esta actividad, especialmente en la convención constituyente. Nosotros aquí, con mirada regional y no centralista, conocemos a fondo esta industria; sabemos que se trata de proyectos a largo plazo, porque somos testigos de cada una de sus etapas: desde la exploración, la construcción hasta que ya empiezan a operar; son años, décadas. Por eso la estabilidad y contar con reglas claras es clave para esta industria.

La minería ha estado sometida una estrés inédito: en menos de un año hemos tenido la discusión del royalty y luego los debates constitucionales… Es evidente que está teniendo un impacto, especialmente en la postergación de nuevos proyectos.

 Con cierta frustración vemos que no estamos aprovechando una oportunidad histórica para que Chile tenga una industria más moderna, inclusiva y sustentable, que aporte más y mejor, al desarrollo del país y, particularmente de las regiones mineras.

– ¿Qué impacto podría tener este clima de incertidumbre y eventuales transformaciones, en una industria que es de largo plazo?

Genera un ambiente negativo. Especialmente cuando vemos, por ejemplo, el rechazo de la Comisión de Medio Ambiente a la iniciativa sobre Minería Sustentable -que impulsamos como AIA-, la cual tenía el mayor respaldo popular entre las propuestas mineras; mientras que, al mismo tiempo, daba luz verde a otras normativas que buscan acabar con el modelo público-privado que nos ha permitido crecer en las últimas décadas, o cambios radicales al régimen de concesiones. ¿Se ha tomado cabal consciencia  de las consecuencias que podrían acarrear estos cambios? Porque pueden poner en juego las fuentes laborales de muchas personas, no solo trabajadores mineros, sino de todo un enorme encadenamiento productivo que depende de esta industria, especialmente en nuestra Región.

– Entonces ¿Les preocupa también la iniciativa que modifica las concesiones mineras?

El régimen de concesiones mineras puede ser mejorado, especialmente en aquellas situaciones en que las propiedades no están siendo efectivamente exploradas o trabajadas. Pero la alternativa que se plantea es un cambio mayor, que afecta las necesarias certezas que todo inversionistas demanda y que el caso de una industria como la minería, son de tal magnitud, que el país, el Estado, no las podría realizar  solo por su cuenta. Y lo que es más grave, esa pérdida de inversiones se traduciría finalmente en una disminución en la recaudación tributaria, en menores oportunidades de empleo, y en un desmedro en la calidad de vida de todas y todos los chilenos, pero en especial, de los que vivimos en la Zona Norte del país.

Estamos vigilantes ante los efectos de esta y otras iniciativas. El sentido común dice que es un tema muy sensible y, por lo mismo, desde nuestra región, que vive de la minería, hacemos un llamado a la prudencia, a considerar la información técnica y experta, y escuchar a todos, especialmente a los que podemos vernos más afectados.

En este contexto, recibimos positivamente la declaración del nuevo Gobierno, sobre consolidar certezas y estabilidades para promover nuevas inversiones, particularmente en el sector minero, clave para nuestra región. Ese mensaje es alentador, y esperemos que sea atendido en las deliberaciones de la Convención Constitucional.

– Siendo la Región de Antofagasta la con mayor cantidad de faenas y proyectos ¿Qué repercusión podría tener un cambio que reste certeza a la inversión?

Ponemos en riesgo el 30% de las futuras inversiones mineras en Chile. Pero le reitero, estamos hablando de  su impacto para muchos chilenos y chilenas, no solo trabajadores de la minería, que dependen de esta actividad y su dinamismo.

Ya hay varios especialistas estudiando esa norma sobre concesiones mineras, y advierten que va más en el camino de una nacionalización encubierta. Si el objetivo estratégico es desconcentrar las concesiones mineras vigentes, facilitando el acceso a ellas de más actores mineros, hay otras modalidades que pueden apuntar a ello. Reitero mi llamado a que hagamos estos cambios con racionalidad, con certezas, escuchemos con los especialistas y tengamos en cuenta, por cierto, todas sus consecuencias.

– ¿Podrían verse afectadas otras iniciativas impulsadas en la zona por inversionistas, en ERNC e hidrógeno verde, por ejemplo?

Todo se ve afectado. La minería es el primer carro del convoy de la inversión en nuestra Región de Antofagasta, incluyendo la innovación y la sustentabilidad en Chile. El gran impulso en las energías limpias en el país ha ocurrido en el Norte, de la mano de la descarbonización que están impulsando las compañías mineras; compromisos que han asumido en forma clara, y cuyo cumplimiento es exigido por sus inversionistas y stakeholders.

– ¿Cómo se concilian los cambios que se proponen, con una mayor descentralización y autonomía de las regiones?

Lo hemos dicho muchas veces: el debate sobre minería que hemos visto en el último año tiene demasiados tintes centralistas, y también de ciertos sectores que buscan imponer sus visiones, porque hoy tienen ese poder. Hemos pedido una y otra vez que escuchen a las regiones, pero nos hemos encontrados con varios muros.

Sabemos que hay muchos constituyentes que tienen un real interés en hacer cambios positivos. Pero por nuestra experiencia, nos hemos encontrados con otros que parecen más preocupados de sus agendas, que del bien del país.

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