Aviones rusos sin identificar multiplican su presencia cerca de la frontera de la OTAN

Los aviones militares rusos a menudo no transmiten un código de transpondedor que indique su posición y altitud, no presentan un plan de vuelo o no se comunican con los controladores de tráfico aéreo.

Los centros de control aéreo de la OTAN han registrado esta semana un aumento del número de aviones rusos que se han aproximado a su frontera sin identificar y que han sido rastreados e interceptados por los cazas de la Alianza desplegados para vigilar el Báltico y el Mar Negro, incluidos españoles.

Fuentes de la OTAN han informado de que los aviones en misiones de policía aérea han sido activados varias veces durante los últimos cuatro días para rastrear e interceptar aviones rusos cerca del espacio aéreo de la Alianza.

Según han explicado, los aviones rusos que se han aproximado a la frontera de la Alianza sin cumplir con las normas internacionales de vuelo se han multiplicado desde el pasado martes, provocando la alerta en los Centros de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de la OTAN en Uedem, Alemania y Torrejón.

Estos, encargados de rastrear el cielo aliado, lanzaron aviones de combate en sus respectivas regiones para interceptar e identificar los aviones que se acercaban a la frontera, que no han llegado a traspasar en ningún momento.

En concreto, esta semana han sido activados cazas de Polonia, Dinamarca, Francia y España sobre el Mar Báltico. En la región del Mar Negro, aviones QRA de Rumania y el Reino Unido han sido los encargados de investigar pistas desconocidas que se acercaban al espacio aéreo aliado.

España tiene actualmente desplegado un contingente en Lituania con 130 militares del Ejército del Aire y ocho aviones de combate Eurofighter. Hasta el 30 de marzo la misión la desarrolló en Bulgaria.

El general de división Jörg Lebert, jefe de Estado Mayor del Comando Aéreo Aliado, ha celebrado la «rápida» respuesta de los centros de control de la OTAN, que a su juicio demuestra la «preparación y la capacidad» de las fuerzas aliadas para proteger su espacio aéreo.

Los aviones militares rusos a menudo no transmiten un código de transpondedor que indique su posición y altitud, no presentan un plan de vuelo o no se comunican con los controladores de tráfico aéreo, lo que provoca la reacción de la OTAN por el «riesgo potencial» que representan para los aviones civiles. (Europa Press)

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