La inflación sigue apretando y los inversores buscan refugios para sus ahorros

El alza de precios está doblegando a las economías más pujantes del planeta, como las europeas, la nipona o la estadounidense.

Hay que echar la vista atrás muchos años para ver unos niveles globales de inflación tan disparados como los que se registran actualmente. Es cierto que, históricamente, no ha sido raro observar inflación alta circunscrita a una zona geográfica determinada, como lleva sucediendo en nuestro hemisferio desde hace ya (demasiados) años.

Pero lo que sorprende en esta ocasión es que la inflación está doblegando a las economías más pujantes del planeta, como las europeas, la nipona o la estadounidense. Desde la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, con su 18,2 % de inflación estadounidense en 1946, pocas veces se han visto tasas como las actuales en las grandes economías mundiales.

Actualmente, la economía estadounidense ya ha superado el 8,5 % de tasa interanual de inflación. ¿Se repetirá el complicado escenario de la posguerra? Lo que hace un par de años parecía imposible comienza a ser ya factible, para disgusto de muchos.

Surge, pues, una pregunta lógica: ¿cómo pueden actuar los inversores en un escenario como este, en el que el apetito de riesgo disminuye en paralelo al poder adquisitivo de los ahorros? A continuación, vamos a repasar brevemente un par de alternativas que pueden ayudarnos a mantenernos a flote en esta tormenta inflacionista.
Invertir en materias primas, una opción de renta variable

Es curioso como de un momento a otro cambian las coyunturas de mercado y lo que antes era impopular ahora se vuelve atractivo. Ese es el caso de las materias primas, que llevaban un tiempo considerable en el olvido de muchos y que vuelven a gozar de nuevo del favor de los analistas financieros.

Invertir en materias primas nos permite especular sobre los precios de los metales preciosos, las diferentes fuentes de energía o los productos agrícolas. Nos brinda la posibilidad de posicionarnos favorablemente en entornos de alzas de precios sostenidas como el que estamos experimentando. Y, en consecuencia, puede ayudarnos a mitigar los riesgos de la inflación.

Los motivos son principalmente dos. Por una parte, la cesta que determina el IPC se basa en gran medida en el precio de las materias primas. A mayor IPC, mayor revalorización de estos activos. Y, en segundo lugar, debido a su carácter homogéneo y a su facilidad de transporte, el valor de una materia prima es fácil de cuantificar como la capacidad de proveer un consumo.

Apostar por los bonos ligados a la inflación, una opción de renta fija

Quienes deseen sacrificar rentabilidad en aras de una mayor seguridad pueden optar por adquirir bonos ligados a la inflación, el activo estrella de renta fija en tiempos de turbulencias inflacionistas.

Son bonos cuyo rendimiento se deriva de la evolución de la inflación. Es cierto que no nos darán grandes sorpresas a nivel de rentabilidad, pero mitigarán eficazmente cualquier riesgo resultante de una inflación desbocada.

Son una especie de seguro que puede resultar especialmente atractivo para inversores de perfil conservador que sientan horror ante la pérdida del poder adquisitivo por culpa de unos precios disparados en la economía.

En conclusión, los inversores se encuentran en un escenario marcado por la inflación. Los precios suben y el poder de compra de nuestro capital ahorrado decrece. Y si bien es cierto que el alza de precios dificulta la operativa inversora, lo cierto es que existen opciones que mejoran las posibilidades de capear el temporal con cierto éxito, como las que acabamos de mencionar.

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