HRW denuncia que bloqueo a Gaza es parte del «apartheid» de Israel contra palestinos

"Israel, con la ayuda de Egipto, ha convertido Gaza en una prisión al aire libre", ha dicho el director de HRW para Israel y Palestina, Omar Shakir.

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este martes que el bloqueo impuesto hace 15 años a la Franja de Gaza forma parte de los crímenes de «apartheid» contra millones de palestinos y ha destacado que la situación «ha devastado la economía» del enclave y ha contribuido a la fragmentación del pueblo palestino.

«Israel, con la ayuda de Egipto, ha convertido Gaza en una prisión al aire libre», ha dicho el director de HRW para Israel y Palestina, Omar Shakir. «Mientras mucha gente alrededor del mundo viaja de nuevo dos años después del inicio de la pandemia de coronavirus, los más de dos millones de palestinos de Gaza siguen bajo lo que equivale a un confinamiento de 15 años», ha argumentado.

Así, la organización ha resaltado que el bloque impide que la mayoría de los residentes gazacíes viajen a Cisjordania o al extranjero, lo que limita su derecho al trabajo y a la educación, una situación exacerbada por las restricciones impuestas por las autoridades egipcias en el cruce fronterizo de Rafá, incluidos retrasos innecesarios y malos tratos a los viajeros.

«El bloqueo a Gaza impide que personas talentosas y profesionales, con mucho que dar a su sociedad, persigan oportunidades que personas en otras zonas del mundo asumen como garantizadas», ha dicho Shakir. «Impedir que los palestinos de Gaza se muevan libremente en su patria socava sus vidas y subraya la cruel realidad de apartheid y persecución a millones de palestinos», ha señalado Shakir.

Por ello, HRW ha reclamado a las autoridades israelíes que pongan fin a la prohibición general de viaje a los residentes de Gaza y que autorice una libertad de movimiento sometida como mucho a inspecciones personales por motivos de seguridad.

La ONG ha indicado que entre febrero de 2021 y marzo de 2022 entrevistó a 20 palestinos que intentaron salir de Gaza a través de los cruces de Erez –con Israel– y Rafá y ha agregado que escribió a las autoridades de ambos países para solicitar su versión de las conclusiones, sin haber recibido respuesta en el momento de la publicación del informe.

En este sentido, ha recordado que el Gobierno de Israel han prohibido desde 2007, con escasas excepciones, que los palestinos abandonen el enclave a través del paso de Erez, al tiempo que impiden que las autoridades palestinas operen el aeropuerto y el puerto de Gaza y limitan drásticamente la entrada y salida de bienes de la Franja, controlada desde ese año por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Esta situación, derivada de las preocupaciones de seguridad de Israel en torno a las actividades de Hamás, considerado un grupo terrorista por parte de las autoridades israelíes, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), ha supuesto graves limitaciones a la libertad de movimiento y a los derechos laborales y de educación de los residentes en la Franja.

DIFICULTADES PARA OBTENER PERMISOS
HRW ha resaltado que durante su investigación ha entrevistado a siete personas que afirmaron que las autoridades israelíes no respondieron a sus peticiones para viajar a través del paso de Erez, mientras que otras tres han resaltado que Israel rechazó sus permisos por no encajar en los estrictos criterios fijados.

Ualaa Sada, una cineasta de 31 años, ha desvelado que se postuló para los permisos para participar en un curso de cine en Cisjordania en 2014 y 2018 tras pasar años intentando convencer a su familia para que la permitiera viajar sola, si bien Israel no respondió a sus solicitudes.

La imposibilidad de participar en los cursos, que requerían presencialidad y trabajar en estudios, hicieron que su participación por vía remota quedara descartada. Así, Sada ha relatado que «el mundo se estrechó» cuando recibió la respuesta de Israel y ha agregado que sintió que «estaba atrapada en una pequeña caja».

«Para nosotros, en Gaza, las manecillas del reloj se detuvieron. La gente de todo el mundo puede reservar un vuelo y viajar de forma rápida y fácil, mientras nosotros morimos esperando nuestro turno», ha lamentado.

La situación se ha visto ahondada por el impacto del cierre de Rafá por parte de las autoridades egipcias y, si bien desde mayo de 2018 han procedido a reaperturas más regulares, los palestinos siguen haciendo frente a numerosos obstáculos para viajar al país vecino, que requiere esperar semanas para recibir permisos para el viaje a menos que paguen cientos de dólares a compañías con lazos con el Gobierno egipcio.

En este sentido, Sada ha manifestado que también tuvo la oportunidad de participar en un curso en Túnez en 2019, pero no pudo permitirse pagar los 2.000 dólares (cerca de 1.915 euros) que le pedían por pagar los servicios que le garantizarían que podría viajar a tiempo. Finalmente, el turno le fue concedido seis semanas después, cuando el curso ya había terminado.

OPORTUNIDADES PERDIDAS
Raed Isa, un artista de 42 años, ha apuntado que las autoridades israelíes no respondieron a su solicitud para un permiso de viaje a principios de diciembre de 2015 para participar en una exhibición en una galería de arte en la ciudad cisjordana de Ramala que tenía como objetivo destacar la situación en Gaza tras la guerra de 2014.

Así, ha apuntado que el Comité de Asuntos Civiles Palestinos siguió identificando su estatus como «enviado y a la espera de respuesta» hasta el inicio de la exhibición, en la que finalmente participó por videoconferencia, lo que impidió promover su trabajo y dañó las ventas de sus obras, según ha explicado en declaraciones a HRW.

Ashraf Shauiil, de 47 años y presidente de la junta de directores del Centro de Gaza para el Alto y la Cultura, ha reconocido que los artistas gazacíes frecuentemente no reciben respuesta tras pedir permisos israelíes. El hombre, que es pintor, ha presentado siete solicitudes entre 2013 y 2022, si bien en todas las ocasiones quedó sin respuesta o fue rechazado.

La situación es similar para los atletas de Gaza, que no reciben permisos para competir contra equipos de Cisjordania a pesar de que las normas del Ejércitos israelí identifican específicamente la entrada de «deportistas» como parte de las autorizadas pese al cierre.

Hilal al Ghauash, de 25 años, ha dicho que su equipo de fútbol, Jadamat Rafá, no pudo acudir al partido en julio de 2019 contra el cisjordano Balata Youth Center para la final del Club Palestina, cuyo ganador da permiso de representación a Palestina en la Copa de Asia. Pese a que se pidió permiso para los 22 futbolistas y trece miembros del equipo, las autoridades sólo dieron permiso a cuatro, incluido un jugador.

Posteriormente, las autoridades israelíes dieron once permisos –incluidos seis jugadores– tras una apelación ante un tribunal de Jerusalén y reseñaron que los otros 24 fueron rechazados por motivos de seguridad sin especificar. Finalmente, la Federación Palestina de Fútbol canceló la final ante la incapacidad del equipo gazací de desplazarse para el partido.

Por todo ello, HRW ha recordado que Israel, como potencia ocupante, tiene obligaciones bajo el Derecho Humanitario para garantizar el bienestar de la población en la Franja de Gaza y ha incidido en que las restricciones vigentes no cumplen los requisitos de proporcionalidad.

Asimismo, ha señalado que, si bien las obligaciones legales de Egipto son más limitadas, al no ser potencia ocupante, las autoridades deberían trabajar para hacer que las Convenciones de Ginebra se respetan «en todas las circunstancias», incluida la entrega de protección a civiles que viven bajo ocupación militar y que no pueden viajar debido a las restricciones impuestas. (Europa Press)

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