Kishida pedirá a sus ministros que renuncien a la Iglesia de la Unificación

Kishida ha asegurado que él no tiene "ninguna relación" con la Iglesia de la Unificación, pero que algunos miembros del gobierno "deberían tener cuidado con sus relaciones".

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha asegurado este sábado que con vistas a la crisis de gobierno anunciada para la semana próxima pedirá a sus ministros que renuncien a la polémica Iglesia de la Unificación, una institución religiosa situada recientemente en el foco de atención por el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe.

«Voy a pedir a todos los miembros del gobierno y no solo a los que sean nombrados, sino también a los actuales y a los viceministros que demuestren claramente si tienen relación con el grupo en cuestión y las revisen adecuadamente», ha explicado Kishida.

Kishida ha asegurado que él no tiene «ninguna relación» con la Iglesia de la Unificación, pero que algunos miembros del gobierno «deberían tener cuidado con sus relaciones» con una organización considerada «problemática por la sociedad» para despejar dudas, informa la agencia de noticias Kiodo.

Kishida, del Partido Liberal Democrático (PLD), ha confirmado así por primera vez y oficialmente que pretende hacer cambios en el gobierno la semana próxima e incluso el líder socio minoritario del Gobierno, el partido Komeito, Natsuo Yamaguchi, ha mencionado el miércoles como fecha, según recoge la agencia de noticias japonesa Kiodo.

Kishida ha comparecido en rueda de prensa en Hiroshima, donde se recuerda el 77º aniversario de la explosión de la bomba nuclear, y ha afirmado que quiere «un nuevo comienzo» con un ejecutivo centrado en cuestiones como los contagios de coronavirus, la inflación, la guerra de Rusia contra Ucrania o la tensión en Taiwán.

Este cambio de gobierno sucede tras las elecciones parciales del pasado 10 de julio en las que el PLD confirmó la mayoría necesaria para impulsar cambios en la Constitución y tras la muerte tiroteado de Abe, abatido por un hombre que reprochaba a la Iglesia de la Unificación –con la que Abe estaba vinculado– por las deudas que tenía su madre.

«Siempre he pensado en un nuevo comienzo con nuevos miembros ante estos desafíos», ha declarado Kishida. «He decidido seguir adelante ahora con el plan, en el momento exacto que tenía en mente», ha apuntado, según recoge Kiodo.

La Iglesia de la Unificación, cuestionada en anteriores ocasiones por su sistema de donaciones, ha asegurado que llevó a cabo una reforma interna en 2009, cuando su jefe admitió problemas a la hora de cumplir con la legislación vigente.

El caso es que varios miembors de esta iglesia fundada en Corea del Sur en 1954 han sido detenidos en Japón por amenazas para obtener financiación tales como el uso de «karma ancestral». La madre del asesino de Abe, un exmilitar, supuestamente debía dinero a esta organización religiosa. (Europa Press)

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