Guterres alerta de creciente ola de conflictos a medida que el mundo se acerca a los 8 mil millones de personas

Afirma que "un puñado de personas multimillonarias controla tanta riqueza como la mitad más pobre del mundo"

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha alertado de que millones de personas luchan contra el hambre y la hambruna en un mundo cada vez más conflictivo y desigual a medida que la población mundial se acerca a los 8.000 millones de personas, hito que se superará oficialmente la próxima semana.

A pesar de los avances en materia sanitaria y alimentaria, las divisiones son cada vez más grandes a nivel mundial, lo que ha llevado a cifras récord de desplazados en busca de «oportunidades» a causa de guerras, conflictos y desastres climáticos.

«A menos que reduzcamos el enorme abismo entre las personas que tienen y las que no tienen, nos estaremos enfrentando a un mundo de 8.000 millones de personas lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflicto», ha aseverado Guterres en una tribuna publicada este sábado por Europa Press.

Así, ha lamentado que «un puñado de personas multimillonarias controla tanta riqueza como la mitad más pobre del mundo» y ha señalado que «el 1 por ciento de la población más rica a nivel mundial recibe una quinta parte de los ingresos del mundo».

Mientras tanto, la población de países más ricos tienen una esperanza de vida «hasta treinta años mayor que las de los países más pobres». «A medida que el mundo se ha vuelto más rico y saludable en las últimas décadas, las desigualdades también han aumentado», ha advertido.

En este sentido, ha afirmado que «la aceleración de la crisis climática y la recuperación desigual de la pandemia de coronavirus están potenciando las desigualdades». «Nos dirigimos directamente a la catástrofe climática mientras las emisiones y las temperaturas siguen aumentando. Las inundaciones, las tormentas y las sequías están devastando países que no han contribuido casi nada al calentamiento global», ha puntualizado.

«La guerra en Ucrania se suma a las actuales crisis alimentaria, energética y financiera, golpeando con mayor dureza a las economías en desarrollo. Estas desigualdades afectan más a las mujeres y las niñas, y a los grupos marginados que ya sufren discriminación», ha sostenido.

Además, ha subrayado que los países del hemisferio sur se enfrentan a «enormes deudas» y al aumento de la «pobreza y el hambre», así como a los crecientes impactos de la crisis climática, por lo que «tienen pocas posibilidades de invertir en la recuperación de la pandemia, la transición a las energías renovables o la educación enfocada a la era digital».

«La ira y el resentimiento contra los países desarrollados están llegando a puntos de ruptura», ha afirmado antes de indicar que las «divisiones tóxicas y la falta de confianza están provocando retrasos y bloqueos en una serie de temas, desde el desarme nuclear hasta el terrorismo y la sanidad», ha hecho hincapié.

ESTRATEGIA COMÚN

Guterres ha incidido en que el primer paso es «reconocer la desigualdad galopante», la cual es una «elección», y ha recordado que «los países desarrollados tiene la responsabilidad de revertirla, empezando con la 27ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Egipto y la cumbre del G20 en Bali.

«Espero que la COP27 sea testigo de un histórico Pacto de Solidaridad Climática en virtud del cual las economías desarrolladas y emergentes se unan en torno a una estrategia común y combinen sus capacidades y recursos en beneficio de la humanidad», ha puntualizado.

También ha instado a los líderes de la COP27 a «acordar una hoja de ruta y un marco institucional para compensar a los países del sur por las pérdidas y daños relacionados con el clima, que ya causan un enorme sufrimiento».

Asimismo, ha señalado que la cumbre del G20 será una oportunidad para «abordar la difícil situación de los países en desarrollo». «He instado a las economías del G20 a adoptar un paquete de estímulo que proporcionará a los gobiernos del sur inversiones y liquidez», ha añadido.

Para él, la iniciativa para exportar granos a través del mar Negro es «fundamental» para sacar adelante estas medidas ya que «ayuda a estabilizar los mercados y bajar los precios de los alimentos». «Cada fracción de un porcentaje tiene el potencial de aliviar el hambre y salvar vidas», ha explicado.

Guterres ha insistido en que las grandes reuniones globales de este mes deben servir de «oportunidad para comenzar a cerrar brechas y restaurar la confianza sobre la base de la igualdad de derechos y libertades de cada integrante de los 8.000 millones de personas que forman la humanidad». (Europa Press)

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