Gobierno surcoreano denuncia ejecuciones masivas, torturas y experimentos humanos en Corea del Norte

el informe documenta la existencia de al menos once campos de detención para prisioneros políticos en todo el país, de los cuales cinco permanecen activos, de acuerdo con los testimonios.

El Ministerio de Unificación de Corea del Sur ha dado a conocer la comisión de un espectro de atrocidades a manos de las autoridades norcoreanas, desde ejecuciones arbitrarias y masivas hasta torturas, experimentos humanos e incluso políticas de esterilización hasta sumar más de 1.600 casos de violaciones de los Derechos Humanos entre 2017 y 2022, según un informe confeccionado a raíz de los testimonios de más de 500 desertores.

Se trata de la primera vez que el ministerio, encargado de la supervisión de las relaciones entre las dos Coreas, hace público un documento amparado en la Ley para los Derechos Humanos para Corea del Norte aprobada en 2016 y después de que el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, declarara esta semana su intención de presentar ante la comunidad internacional «la realidad de las espantosas violaciones de los Derechos Humanos cometidas contra el pueblo norcoreano».

El informe, de 450 páginas y dado a conocer oficialmente este viernes, denuncia entre otras atrocidades ejecuciones a homosexuales o por motivos religiosos o drogas. «Estas ejecuciones públicas y sumarias se realizan con frecuencia y hay casos de menores de 18 años y mujeres embarazadas entre ellas», según el informe, recogido por la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.

Concretamente, el informe cita el caso de una mujer embarazada que fue ejecutada en público tras aparecer bailando en un vídeo mientras apuntaba con el dedo a un retrato del fundador del país, Kim Il Sung. En 2015, de nuevo según el documento, seis adolescentes de entre 16 y 17 años fueron ejecutados en Wonsan por ver vídeos surcoreanos y usar opio.

En este sentido, el documento también denuncia que las autoridades de Corea del Norte promulgaron en 2020 una ley que criminaliza con hasta diez años de trabajos forzados la difusión de cultura e información extranjera, con agravante para contenidos procedentes de Corea del Sur.

De acuerdo con los testimonios de los desertores, las torturas, la violencia sexual y otras formas de tratamiento inhumano están a la orden del día, como la experimentación humana en «cuerpos de personas con problemas mentales que no habían dado su consentimiento» al procedimiento o la práctica de histerectomías en mujeres con enanismo, en lo que se trataría de una política de esterilización.

Asimismo, el informe documenta la existencia de al menos once campos de detención para prisioneros políticos en todo el país, de los cuales cinco permanecen activos, de acuerdo con los testimonios. (Europa Press)

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