Nuevos hallazgos en Chile apoyan teoría de la gravedad de Einstein

"Hemos cartografiado la materia oscura invisible a través del cielo hasta las mayores distancias, y vemos claramente rasgos de este mundo invisible que abarcan cientos de millones de años luz --explica Blake Sherwin, catedrático de Cosmología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Los investigadores del Telescopio Cosmológico de Atacama (ACT), en Chile, han creado una nueva y revolucionaria imagen que revela el mapa más detallado de la materia oscura distribuida por una cuarta parte del cielo y que se extiende hasta las profundidades del cosmos y que confirma la teoría de Einstein sobre cómo las estructuras masivas crecen y curvan la luz, a lo largo de los 14.000 millones de años de vida del universo.

«Hemos cartografiado la materia oscura invisible a través del cielo hasta las mayores distancias, y vemos claramente rasgos de este mundo invisible que abarcan cientos de millones de años luz –explica Blake Sherwin, catedrático de Cosmología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), donde dirige un grupo de investigadores del ACT–. Tiene el mismo aspecto que predicen nuestras teorías». El estudio se ha presentado en la conferencia ‘Future Science with CMB x LSS’, que se celebra en Kyoto (Japón).

A pesar de constituir el 85% del universo e influir en su evolución, la materia oscura ha sido difícil de detectar porque no interactúa con la luz ni con otras formas de radiación electromagnética. Por lo que se sabe, la materia oscura sólo interactúa con la gravedad.

Para localizarla, los más de 160 colaboradores que han construido y recopilado datos del Telescopio Cosmológico de Atacama de la Fundación Nacional de la Ciencia, situado en las alturas de los Andes chilenos, observan la luz que emana tras los albores de la formación del universo, el Big Bang, cuando el universo sólo tenía 380.000 años. Los cosmólogos suelen referirse a esta luz difusa que llena todo nuestro universo como la ‘foto de bebé del universo’, pero formalmente se conoce como radiación cósmica de fondo de microondas (CMB).

El equipo rastrea cómo la atracción gravitatoria de estructuras grandes y pesadas, incluida la materia oscura, deforma la CMB en su viaje de 14.000 millones de años hasta nosotros, como una lupa curva la luz al pasar por su lente.

«Mathew Madhavacheril, profesor adjunto del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Pensilvania, indica que han creado un nuevo mapa de masas a partir de las distorsiones de la luz que dejó el Big Bang.

«Sorprendentemente, proporciona mediciones que demuestran que tanto el ‘abultamiento’ del universo, como el ritmo al que está creciendo tras 14.000 millones de años de evolución, son justo lo que cabría esperar de nuestro modelo estándar de cosmología basado en la teoría de la gravedad de Einstein», continúa.

Sherwin añade que «estos resultados también aportan nuevas perspectivas a un debate en curso que algunos han denominado ‘La crisis de la cosmología'», explicando que esta crisis se deriva de mediciones recientes que utilizan una luz de fondo diferente, la emitida por las estrellas en las galaxias en lugar del CMB».

«Estos resultados sugieren que la materia oscura no era lo suficientemente grumosa según el modelo estándar de la cosmología y han suscitado la preocupación de que el modelo pueda estar roto –explica–. Sin embargo, los últimos resultados obtenidos por el equipo del ACT han permitido evaluar con precisión que los enormes grumos que se ven en esta imagen tienen el tamaño exacto».

«Cuando las vi por primera vez, nuestras mediciones concordaban tan bien con la teoría subyacente que tardé un momento en procesar los resultados –recuerda el estudiante de doctorado de Cambridge Frank Qu, que forma parte del equipo de investigación–. Será interesante ver cómo se resuelve esta posible discrepancia entre distintas mediciones».

«Los datos de las lentes del CMB rivalizan con los sondeos más convencionales de la luz visible de las galaxias en su capacidad para rastrear la suma de lo que hay ahí fuera –apunta Suzanne Staggs, directora del ACT y catedrática de Física Henry DeWolf Smyth de la Universidad de Princeton (Estados Unidos)–. Juntos, la lente del CMB y los mejores sondeos ópticos están aclarando la evolución de toda la masa del universo».

«Cuando propusimos este experimento en 2003, no teníamos ni idea de toda la información que se podría extraer de nuestro telescopio –añade Mark Devlin, catedrático Reese Flower de Astronomía de la Universidad de Pensilvania y subdirector del ACT–. Se lo debemos a la astucia de los teóricos, a las muchas personas que construyeron nuevos instrumentos para hacer más sensible nuestro telescopio y a las nuevas técnicas de análisis que ideó nuestro equipo».

El ACT, que funcionó durante 15 años, fue retirado del servicio en septiembre de 2022. No obstante, se espera que pronto se presenten más trabajos que presenten los resultados del conjunto final de observaciones, y el Observatorio Simons llevará a cabo futuras observaciones en el mismo lugar, con un nuevo telescopio que comenzará a funcionar en 2024. Este nuevo instrumento será capaz de cartografiar el cielo casi 10 veces más rápido que ACT.(Europa Press)

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