Presidentes sudamericanos firman el Consenso de Brasilia

Reafirman su compromiso con la democracia y los derechos humanos.

Los 11 presidentes sudamericanos reunidos ayer en Brasilia divulgaron una carta en la que reafirman valores comunes y acuerdan profundizar las discusiones sobre la creación o el restablecimiento de un mecanismo de cooperación que involucre a todos los países de la región.

El compromiso figura en el documento titulado Consenso de Brasilia, publicado al término de la reunión.

El Consenso de Brasilia registra «la visión común de que América del Sur constituye una región de paz y cooperación, basada en el diálogo y el respeto a la diversidad de nuestros pueblos, comprometida con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos».

Dividida en nueve puntos, la carta señala que los presidentes «reconocieron la importancia de mantener el diálogo regular, con miras a impulsar el proceso de integración en América del Sur y proyectar la voz de la región en el mundo».

Los firmantes también «decidieron establecer un grupo de contacto, encabezado por los Cancilleres, para evaluación de las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y la elaboración de una hoja de ruta para la integración de América del Sur, a ser sometida a la consideración de los Jefes de Estado». Este grupo de ministros de Relaciones Exteriores deberá presentar propuestas en unos cuatro meses.

Organizaciones

Antes, en su discurso, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió la reanudación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Creado en 2008, durante el segundo mandato de Lula, y en medio del auge de los gobiernos de centro-izquierda, el grupo reunía a todos los países de la región, pero se desintegró con el tiempo, tras los cambios de gobierno en varios países, y ahora reúne sólo a siete: Venezuela, Bolivia, Guyana, Surinam y Perú, además de Argentina y Brasil, que se reincorporaron recientemente.

El regreso de la Unasur, sin embargo, no cuenta con el consenso de los líderes de la región. «Hay que interrumpir esta tendencia: la de crear organizaciones. Basémonos en acciones», dijo el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, en un discurso pronunciado en la cumbre. «Cuando nos tocó asumir el gobierno, nos retiramos de Unasur. Luego nos invitaron a Prosur [bloque creado en 2019 como contrapunto a Unasur], y dijimos que no. Porque si no, terminamos siendo clubes ideológicos que tienen vida y continuidad sólo mientras marchemos con nuestras ideologías», agregó el mandatario uruguayo.

Para otros presidentes, sin embargo, la Unasur tiene el potencial de articular acciones en varias áreas. «Este mecanismo de diálogo y concertación política ha tenido el gran valor de unirnos y abrir la posibilidad de una construcción regional multidimensional en varias áreas, como defensa, seguridad, democracia, derechos humanos, infraestructura, energía, entre otras», dijo el presidente de Bolivia, Luis Arce.

Desafíos comunes

En otro punto, el documento enumera como problemas y desafíos de la región cuestiones como la crisis climática, las amenazas a la paz y a la seguridad internacional, las presiones sobre las cadenas alimentarias y energéticas, el riesgo de nuevas pandemias, el aumento de la desigualdad social y las amenazas a la estabilidad institucional y democrática.

(Por Pedro Rafael Vilela – Agência Brasil)

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