Acusado por genocidio en Ruanda pide asilo en Sudáfrica tras 22 años fugado

Kayishema fue imputado en 2001 por genocidio, complicidad en genocidio, conspiración para cometer genocidio y crímenes contra la humanidad por actos en la comuna de Kivumu, en la prefectura de Kibuyu.

Fulgence Kayishema, uno de los principales acusados por su papel en el genocidio en 1994 en Ruanda ha reclamado asilo este martes en Sudáfrica, donde fue detenido a finales de mayo tras más de dos décadas en paradero desconocido.

Kayishema, que ha comparecido durante la jornada ante un tribunal sudafricano que aborda el caso, ha retirado su petición de liberación bajo fianza para solicitar asilo, tal y como ha desvelado su abogado, Juan Smuts, según ha recogido el diario ‘The Times’.

Por su parte, el portavoz de la Fiscalía de la región de Ciudad del Cabo, Eric Ntabazalila, ha señalado que la defensa del acusado «no ha indicado si su cliente pretende presentar más adelante una petición de liberación bajo fianza». «El Estado se opondrá a una petición de libertad bajo fianza», ha adelantado.

El Mecanismo Residual para los Tribunales Penales Internacionales (IRMCT) indicó el 25 de mayo que el hombre fugado desde 2001, fue arrestado en la ciudad de Paarl en el marco de una operación conjunta por parte del organismo y las autoridades sudafricanas. Kayishema está acusado de orquestar el asesinato de cerca de 2.000 refugiados tutsis en una iglesia católica durante el genocidio.

Kayishema fue imputado en 2001 por genocidio, complicidad en genocidio, conspiración para cometer genocidio y crímenes contra la humanidad por actos en la comuna de Kivumu, en la prefectura de Kibuyu. El hombre es sospechoso de asesinar a más de 2.000 hombres, mujeres, niños y ancianos que habían buscado refugio en la iglesia Nyange, incluida su participación directa en la planificación y ejecución de la matanza.

Alrededor de 800.000 ruandeses, la inmensa mayoría de ellos tutsis y hutus moderados, fueron asesinados por extremistas hutu durante cerca de tres meses en 1994. A día de hoy todavía se están descubriendo fosas comunes, especialmente desde que los condenados que han cumplido sus penas han aportado información sobre el lugar en el que enterraron o abandonaron a sus víctimas. (Europa Press)

 

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