ONU constata más de 1.000 civiles muertos y 445 heridos por violencia en Malí

Naciones Unidas notifica que la situación humanitaria del país ha empeorado progresivamente durante estos últimos 12 meses hasta un punto "alarmante".

Naciones Unidas ha constatado este viernes la muerte de 1.002 civiles malienses y otros 445 heridos por la violencia registrada a lo largo de los últimos doce meses en el país africano, escenario en el mismo periodo de más de una treintena de ataques contra las fuerzas de la misión de la ONU, la MINUSMA, que han dejado nueve cascos azules fallecidos y 33 heridos graves.

En la evaluación que el jefe de la MINUSMA, El Ghasim Wane, ha presentado ante la secretaría general de Naciones Unidas en Nueva York, la misión de la ONU en el país apunta a cierta «disminución de la violencia» durante el periodo evaluado — desde el 22 de julio de 2022 hasta el 23 de mayo de este año — con respecto al último informe anual «debido al incremento de las operaciones militares y a un cambio de táctica por parte de los grupos extremistas» que operan en el país.

Malí y el resto de los países del Sahel han experimentado durante los últimos años un recrudecimiento de la violencia, tanto por parte de grupos vinculados a las ramas de las organizaciones terroristas Al Qaeda y a Estado Islámico que operan en la región, como de tipo intercomunitario. Además, los abusos por parte de las fuerzas de seguridad han ayudado a estos grupos a engrosar sus filas.

En comparación, Naciones Unidas estimó el año pasado 1.556 civiles muertos y 530 heridos durante el periodo entre el 1 de julio de 2021 y el 30 de junio de 2022.

Naciones Unidas notifica que la situación humanitaria del país ha empeorado progresivamente durante estos últimos 12 meses hasta un punto «alarmante». Las organizaciones humanitarias que trabajan bajo el plan de respuesta humanitaria coordinado por la ONU han estimado que en 2023, 8,8 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria y protección en el país, un aumento del 17% en comparación con el año anterior, en especial en las regiones de Mopti, Tombuctú, Gao, Kidal y Ménaka.

La violencia en Malí ha dejado, según el último recuento de abril de este año, un total de 375.539 desplazados internos, un descenso del 8,9% respecto a la cifra de 412.387 registrada en diciembre de 2022. Las regiones del centro del país como Bandiagara, Douentza, Mopti, San y Ségou son los más afectadas por esta situación, con un total de 208.210 desplazados (55 por ciento). En cuanto a los otros 151.384 desplazados (40 por ciento), se encuentran registrados en las regiones de Gao, Kidal, Ménaka y Tombuctú.

La MINUSMA termina haciendo hincapié en las enormes dificultades que ha atravesado durante este último año debido a las «tensiones» con las actuales autoridades golpistas que encabeza el autoproclamado «presidente interino» del país, el coronel Assimi Goita, y que han desembocado en una «reducción considerable» de la movilidad de los cascos azules y a dificultades «en relación con determinadas tareas como las investigaciones en materia de Derechos Humanos». (Europa Press)

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