Luis Rubiales, inhabilitado por tres años para el ejercicio de actividades relacionadas con el fútbol

"Esta decisión se puede recurrir ante la Comisión de Apelación de la FIFA", afirmó el organismo.

El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha sido inhabilitado este lunes por la FIFA durante tres años para el ejercicio de cualquier actividad relacionada con el fútbol, a nivel nacional e internacional, según un comunicado emitido por el organismo.

«La Comisión Disciplinaria de la FIFA ha inhabilitado a Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, para ejercer cualquier actividad relacionada con el fútbol durante tres años, tanto en el ámbito nacional como internacional, al considerar que su conducta ha infringido el artículo 13 del Código Disciplinario de la FIFA», informó la entidad en su página web.

Así se refiere FIFA a los hechos ocurridos durante la final del Mundial femenino, disputada el 20 de agosto de 2023, por los que Rubiales ya fue suspendido por el organismo suspendió con carácter provisional durante un periodo inicial de 90 días.

La decisión de la Comisión Disciplinaria de la FIFA se ha notificado este lunes a Rubiales, quien, en virtud de lo estipulado en el Código Disciplinario de la FIFA, dispone de diez días para solicitar la decisión fundamentada. «Esta decisión se puede recurrir ante la Comisión de Apelación de la FIFA», afirmó el organismo.

«La FIFA reitera su compromiso absoluto de respetar y proteger la integridad de todas las personas, y de velar por que se respeten las normas básicas de la conducta cívica», concluyó el comunicado del organismo rector del fútbol mundial.

LA FIFA CONFIRMA UNA PRIMERA SUSPENSIÓN PROVISIONAL

Esta decisión de la Federación Internacional confirma una primera suspensión «con carácter provisional» de Rubiales que anunció el 26 de agosto, menos de una semana después de la final del Mundial, en el que España bordó su primera estrella.

Ese día, en la ceremonia de entrega de medallas, el por entonces mandatario besó en los labios a Jenni Hermoso, después de, junto a la reina Letizia en el palco del Stadium Australia, agarrarse los genitales de manera ostensible. Un comportamiento que «no debería haber ocurrido nunca», según el presidente de FIFA, Gianni Infantino, quien ya avanzó que los procedimientos disciplinarios seguirían «su curso legítimo».

«Por nuestra parte, tenemos que seguir centrándonos en cómo seguir apoyando a las mujeres y el fútbol femenino en el futuro. Dentro y fuera del terreno de juego. Defendiendo los verdaderos valores y respetando a las jugadoras como personas, así como sus fantásticas actuaciones», defendió el mandatario, después de que el organismo anunciara la suspensión provisional.

Una decisión que llegó un día después de su contundente «No voy a dimitir, no voy a dimitir» en la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF y en una semana en la Fiscalía de la Audiencia Nacional se querellara contra él por agresión sexual y coacciones a Hermoso, quien también decidió denunciarle.

Una vez judicializado el asunto del beso en los labios a la jugadora, que desencadenó semanas de polémica y ruido que provocó cambios en la estructura de la RFEF solicitados por las futbolistas, Rubiales se vio sin salida y el pasado 10 de septiembre anunciaba su dimisión, ya con el Gobierno, la FIFA y la UEFA en contra.

«Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español», escribió Rubiales en una carta.

Sin mencionar a Hermoso ni el beso que le dio sin permiso el pasado 20 de agosto en Sídney (Australia), el exmandatario insinuó injerencias en su caso. «Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta. Ahí está la gestión de mi equipo y, sobre todo, la felicidad que me llevo por el enorme privilegio de estos más de cinco años al frente de la RFEF», señaló.

Así, Rubiales dejaba la RFEF tras cinco años marcados por polémicas, como las comisiones de la Supercopa de España, el espionaje y la fiesta de Salobreña. «No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo», precisó.

«Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo», subrayó Rubiales al anunciar su renuncia, también como vicepresidente de la UEFA. (Europa Press)

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