Francia se retira completamente de Níger

París llegó a tener desplegados en el país cerca de 1.500 militares, incluidos algunos llegados tras la retirada de tropas en Malí.

Francia ha completado este viernes la retirada de sus militares de Níger tras la salida del último grupo de soldados, que vuela ya en un avión con destino al país europeo, con lo que da carpetazo a una década de despliegue para colaborar con las autoridades en materia de lucha contra el yihadismo.

«Confirmamos la salida del último militar francés de Níger», han indicado a Europa Press fuentes del Ministerio de Defensa de Francia, que han recalcado que «el último avión militar ha despegado con destino a Francia». En el país llegó a haber desplegados cerca de 1.500 militares franceses, algunos de los cuales llegaron tras la retirada francesa de Malí.

Las autoridades francesas destacaron recientemente que el proceso de retirada estaba siendo llevado a cabo «en coordinación» con las autoridades de Níger, en referencia a la junta militar creada tras el golpe de Estado de julio, que derrocó al presidente electo, Mohamed Bazoum, y reclamó la salida de tropas francesas en pleno repunte de las tensiones bilaterales.

A fecha del 11 de diciembre quedaban menos de 200 militares franceses en la base aérea de la capital, Niamey, quienes continuaron con las «operaciones logísticas» para su retirada. Ya a esas alturas del mes no quedaban en el país vehículos blindados o aviones de combate de Francia.

En el marco de este proceso de retirada, París continuó llevando a cabo «rotaciones aéreas» con la participación «suplementaria» de «aeronaves aliadas», mientras que en paralelo se produjo la retirada de material «no sensible» hacia puertos de la región para su traslado por vía marítima.

La retirada de tropas arrancó a principios de octubre después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciara en septiembre que el proceso concluiría «antes de final de año» tras la exigencia formulada por la junta, que ha adoptado una postura dura con París y ha optado por un acercamiento con Rusia.

Tras el anuncio de Macron, la junta militar –cuyo nombre oficial es Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP)– aseguró que la decisión de Francia supone «una nueva etapa hacia la soberanía del país» y destacó que se trata de «un momento histórico» para el país africano.

«Celebramos la nueva etapa hacia la soberanía de Níger», dijo la junta nigerina, que advirtió que «toda persona, institución o estructura que suponga una amenaza para los intereses y proyectos del país debe abandonar la tierra de los ancestros, lo quieran o no», según un comunicado publicado en su cuenta en la red social X.

La finalización del proceso de retirada de militares franceses llega además un día después de que París anunciara el cierre «por un tiempo indefinido» de su Embajada en Niamey. La junta nigerina ordenó meses antes la expulsión del jefe de la legación, Sylvain Itté, quien abandonó el país en septiembre después de semanas de negativa por parte de París a ceder a las exigencias de la junta.

De hecho, Macron llegó a denunciar que Itté había sido tomado como «rehén» por la junta, , mientras que el propio embajador aseguró posteriormente haber estado «al borde de la tragedia» durante un ataque ejecutado en julio contra la Embajada, cuando un grupo de seguidores de los militares golpistas prendió fuego a una de las puertas de la legación durante una marcha contra «el colonialismo francés».

DETERIORO DE LAS RELACIONES BILATERALES

Las relaciones entre ambos países han quedado muy dañadas tras el golpe de Estado. La junta golpista ha acusado a París de utilizar a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para llevar a cabo una intervención militar en el país para restaurar el orden constitucional.

La junta militar ha cancelado además los acuerdos bilaterales a nivel de Defensa y ha cargado duramente contra París por su papel en el deterioro de la seguridad, marcado por el aumento de los ataques por parte de grupos yihadistas. Por su parte, Francia ha dicho en varias ocasiones que considera que Bazoum sigue siendo el presidente legítimo y ha reclamado su restitución en el cargo.

La junta nigerina, que se encuentra bajo sanciones de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) –organismo que recientemente anunció que Niamey queda suspendido en su seno hasta el «restablecimiento del orden constitucional»–, ha estrechado lazos durante los últimos meses con los militares en el poder en Malí y Burkina Faso, donde el Ejército se hizo igualmente con el poder tras una serie de asonadas entre 2020 y 2022.

Estos tres países, que anunciaron en septiembre la creación de una alianza militar defensiva, la Alianza de Estados del Sahel (AES), se han mostrado muy críticos con Francia por su papel durante la etapa colonialista y por considerar que no ha actuado con suficiente firmeza ante la expansión de las redes terroristas en la región, donde operan las ramas de Al Qaeda y Estado Islámico.

De hecho, la junta maliense, liderada por Assimi Goita, ha aprobado el despliegue de mercenarios del Grupo Wagner para apoyar sus operaciones y ha recibido diversa ayuda militar por parte de Moscú, al tiempo que la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) puso fin oficialmente el 11 de diciembre a una década de despliegue en el país por exigencia de los militares.

Previamente, en febrero, Macron anunció la retirada de las tropas francesas de Malí en el marco de la operación ‘Barkhane’ y también de la fuerza ‘Takuba’ de la que forman parte igualmente otros países europeos y Canadá, dando carpetazo a su mayor operación en el exterior.

Dicha operación arrancó en enero de 2013 bajo el nombre de ‘Serval’ a petición de las autoridades entonces en el poder en Malí ante el avance de los grupos yihadistas hacia Bamako tras secuestrar una rebelión tuareg que había estallado meses antes en el norte del país africano. ‘Serval’ pasó en 2014 a convertirse en ‘Barkhane’, que abarcó el conjunto de los países del G5 Sahel –Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger–, si bien los resultados en materia antiterrorista han sido relativamente escasos, dado que estos grupos han logrado incluso expandirse en los últimos años hacia el golfo de Guinea.

Níger, Burkina Faso y Malí llevan años combatiendo a grupos armados islamistas, que sin embargo tienen cada vez más presencia y control territorial. De hecho, esta inestabilidad ha contribuido a los recientes golpes de Estado y ha sido uno de los principales argumentos esgrimidos por los militares golpistas para defender las asonadas, prometiendo endurecer la lucha contra el terrorismo y garantizar que el control del Estado se extenderá a todos los territorios. (Europa Press)

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