Pompeya recupera la decoración mitológica de un salón de banquetes

La sala mide unos quince metros de largo y seis de ancho y se abre a un patio que parece ser una sala de acceso sin techo con una larga escalera sin decoración que conduce al primer piso.

Un salón de banquetes con elegantes paredes negras, decorado con personajes mitológicos y temas inspirados en la guerra de Troya, ha sido recuperada en las excavaciones de Pompeya.

Completamente visible en todo su esplendor, los arqueólogos creen que la sala proporcionaba un marco refinado para el entretenimiento durante momentos de convivencia, ya fueran banquetes o conversaciones, con el claro objetivo de seguir un estilo de vida elegante, reflejado en el tamaño del espacio, la presencia de frescos y mosaicos que datan del Tercer Estilo (pintura mural que mezcla la incrustación y los elementos arquitectónicos), la calidad artística de las pinturas y la elección de personajes.

El tema dominante parece ser el del heroísmo, representado por las representaciones de parejas de héroes y deidades implicadas en la guerra de Troya, pero también del destino y, al mismo tiempo, de la posibilidad, a menudo no aprovechada, que tiene el ser humano de cambiar su propio destino, informa el Parque Arqueológico de Pompeya.

Además de Helena y Paris, indicadas en una inscripción griega colocada entre las dos figuras con su otro nombre «Alejandro», está la figura de Casandra, la hija de Príamo, que está representada en las paredes del comedor junto con Apolo. En la mitología griega, Casandra era famosa por su don de previsión y su terrible destino que le impedía alterar el curso de los acontecimientos futuros. A pesar de su capacidad para predecir el futuro, nadie le creyó debido a una maldición que Apolo le lanzó por negarse a entregarse a él, por lo que no pudo evitar los trágicos acontecimientos de la Guerra de Troya que había previsto. Tras ser violada durante la toma de Troya, acabaría siendo esclava de Agamenón en Micenas.

La frecuente presencia de figuras mitológicas en las pinturas de salones y comedores de las casas romanas tenía la función social explícita de entretener a los invitados y comensales, proporcionando puntos de conversación para conversaciones y reflexiones sobre la vida.

La sala mide unos quince metros de largo y seis de ancho y se abre a un patio que parece ser una sala de acceso sin techo con una larga escalera sin decoración que conduce al primer piso.

Debajo de los arcos de la escalera se encontró una enorme pila de materiales de construcción que habían sido apartados. Alguien había dibujado con carboncillo dos parejas de gladiadores y lo que parece ser un enorme falo estilizado sobre el yeso fresco de los arcos de la gran escalera.

La excavación forma parte de un proyecto más amplio destinado a apuntalar el frente del perímetro entre las zonas excavadas y no excavadas de Pompeya, y a mejorar la estructura hidrogeológica, con el objetivo de hacer que el vasto patrimonio de la ciudad, cubierta por la ceniza del Vesubio en el año 79 de nuestra era, (más de 13.000 habitaciones en 1.070 unidades residenciales, además de espacios públicos y sagrados) más eficientes y sostenibles. (Europa Press)

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