5 diferencias entre una silla ergonómica y sillas tradicionales

Descubre las diferencias clave entre elegir una silla ergonómica o tradicionales. Tu comodidad y salud en el trabajo están en juego.

Imagina que tu silla de oficina pudiera hablar: ¿qué te diría después de soportar tu peso durante horas interminables de trabajo? Probablemente, se quejaría de dolores de espalda, al igual que tú.

En el mundo del mobiliario de oficina, hay dos grandes contrincantes peleándose por ser elegidos por ti; por un lado, tienes a la silla ergonómica; y por el otro, la tradicional. Ambas compiten por ser tu compañera diaria.

Pero, ¿cuál es realmente la mejor opción? Descúbrelo explorando sus principales diferencias.

¿Silla ergonómica o tradicional?

Si estás indeciso y no sabes muy bien por cuál inclinarte, estos siguientes puntos te ayudarán a tomar una decisión certera:

1. El respaldo: un aspecto principal

Por lo general, las sillas ergonómicas ofrecen un soporte lumbar que se ajusta a la curvatura natural de tu espalda, entonces es como tener fisioterapeuta personal que constantemente te está recordando mantener una buena postura.

Por su parte, las tradicionales suelen tener un respaldo fijo y generalmente plano. Pueden ser ideales para muchos, sobre todo si son acolchados, pero a la larga, pueden llevarte a adoptar posturas inadecuadas y dolorosas en largas jornadas laborales o maratones de estudio.

2. Altura al suelo: ¿pies volando o en la tierra?

Un asiento ergonómico tiene la posibilidad de hacer varios ajustes precisos, uno de ellos es la altura, que te permite mantener tus pies firmemente en el suelo y tus ojos al nivel adecuado de la pantalla del computador.

En cambio, las sillas tradicionales, te ofrecen una experiencia de “talla única”, que pueden ser útiles si la altura de la mesa es la perfecta para ti, aunque a veces requieras de cojines o tener que usar un banco para alcanzar la altura ideal.

3. La importancia de los reposabrazos

Los reposabrazos en una silla ergonómica suelen ser adaptables, en cuanto a altura y a veces incluso en anchura, permitiéndote mantener una posición relajada de hombros y codos, lo que logra reducir la tensión en el cuello y la parte superior de la espalda.

Ahora, también hay sillas tradicionales con reposabrazos, la única diferencia es que están fijos y a veces pueden incluso molestar en vez de ayudar. Todo depende de qué tan cómodos te queden.

4. La movilidad es relevante

¿Qué te pasa por la mente cuando tu vecino de arriba empieza a mover los muebles y las sillas hacen un ruido no muy agradable? Bueno, si optas por una silla ergonómica, lo más probable es que escojas una con ruedas, que te permita moverte por el espacio de trabajo o estudio sin demasiado esfuerzo.

Ahora, si no pasas mucho tiempo sentado en el mismo lugar, tal vez una silla más simple puede ser la elección perfecta, siempre y cuando no te conviertas en ese vecino odioso que la mueve de un lado a otro.

5. ¿Una inversión o un ahorro?

Cuando se comparan dos sillas de materiales similares, las ergonómicas suelen tener un precio más elevado al tener mayores prestaciones, pero piensa en ello como una inversión en acciones de tu propia salud y bienestar. A largo plazo, se podrá traducir en menos visitas al doctor y más días productivos en el trabajo.

Por su parte, las sillas tradicionales pueden parecer un ahorro inicial, pero recuerda: a veces lo barato sale caro, especialmente cuando se trata de tu salud al pasar muchas horas en ella.

¿Silla ergonómica o tradicional? Elige según tus necesidades

Como ves, elegir entre un estilo u otro es más que una decisión sobre precio y estética, más bien es una declaración sobre cómo valoras tu bienestar.

Ya sea que optes por la comodidad personalizada de una silla ergonómica o prefieras mantenerte fiel a lo tradicional, lo importante es que escuches a tu cuerpo y le des el descanso que merece.

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