¿Un Chile distraído, mediocre o sencillamente pobre?
Preocúpense de que los niños miren la naturaleza, quieran a un perro, a sus hermanos, un lápiz. Que se entusiasmen con su futuro. Que la corten con el celular y la TV y este país volverá en sí.
Por Marta Blanco, escritora